sábado, 2 de junio de 2012

"Crisis" y "déficit". ¿Es "ciudadano español" una contradicción en los términos?

¿Por qué la crisis afecta más gravemente a España que a otros países de Europa occidental, salvo a Portugal y a Grecia? Por lo mismo que en los años de bonanza era la que más se entregaba al lujo, al neorriquismo y al despilfarro, por el déficit: el déficit de ciudadanía.


La misma actitud victimista y auto-eximente de los españoles ante la situación presente, es prueba infalible de su falta de educación cívica. La “culpa” no la tienen ni Alemania, ni Zapatero o Aznar, ni siquiera el capitalismo. Este, si es que existe, no es igual en todas partes. En los países nórdicos se pagan muchos impuestos, y se goza de muchos derechos sociales. La educación es casi enteramente pública (en Finlandia, por ejemplo, la escuela privada no llega al 1%, y es igual de accesible que la pública y educa de la misma manera) y hay poca desigualdad. También es donde los ciudadanos son más productivos (es decir, donde trabajan menos tiempo para conseguir más objetos deseados) y menos defraudadores.

España, en cambio, es el estado donde la gente tiene menos educación (en todos los sentidos) y es menos productiva, a la vez que es la que más consume, y donde las desigualdades son mayores.
Es el país donde, habiendo más horas de sol, más se gasta en calefacción.
El que más invierte en futbol, a la vez que tiene el mayor índice de paro.
El que más defrauda, de arriba abajo, y donde la pregunta “¿con IVA o sin IVA?” es casi insultante por el motivo contrario al cual la haría casi insultante para un alemán.
Aquí mucha gente tenía y tiene dos o más viviendas. Incluso los que llegaron al final de la “burbuja” (no de la estafa, porque nada de lo que ha pasado en España últimamente era una estafa, como no fuese la de nosotros a nosotros mismos), los pobres jóvenes, tenían que comprarse también su vivienda, entrando en el juego especulativo generalizado. (Y no quiero decir que no tuvieran “derecho” a una vivienda. Al contrario: porque es un derecho básico, es inadmisible que se especule con ello, como hacíen empresarios, ayuntamientos y gente en general).
En España tenemos que renovar los muebles, la pintura y los aparatos electrónicos cada poco menos tiempo que casi cualquier otro europeo. Quien visita una universidad francesa o alemana, y entra luego en una española, puede comprobar la gran diferencia, tanto en la cáscara, como en el interior.
Más dados al lujo hortera, solo conozco a esos mafiosos que, cuando se han enriquecido de repente con sus “trabajos”, instalan griferías de oro y suelos de mármol en sus descomunales chalets.

Donde más se nota nuestra falta de educación es, claro, en el asunto de la educación.
Aunque España va acercándose, año tras año, a los niveles educativos europeos, nuestro “fracaso” escolar, medido como la cantidad de alumnos que no titulan en la Educación Obligatoria, es altísimo (más del 30%).
Los informes internacionales (como PISA) indican que en España estamos avanzando correctamente (si tenemos en cuenta de donde venimos), aunque seguimos anclados en una educación demasiado memorística y poco funcional y significativa para el alumno.
Sin embargo, el análisis que se impone entre nosotros, y el que triunfa sobre todo en quienes estos próximos años van a legislar una vez más sobre educación, es que lo que nos falta es esfuerzo y disciplina, más contenidos y menos diversión. No son vitales, según ellos, ni las elevadas ratios del aula (al contrario, favorecen la “socialización” según nuestro ministro) ni la situación socio-económica del alumno (el que quiere, estudia), ni la falta de prestigio de los profesores. Tampoco le da normalmente a nadie por pensar (menos aún si es profesor) que, cuando un alumno no aprueba, no está implicado solo el alumno, sino también el profesor y la sociedad entera.
En España se empieza a leer y escribir cuatro años antes que en Finlandia (a los tres años, frente a los siete de allí), las horas lectivas son más largas y con menos descansos, se lleva muchísimas más tarea para casa… También es donde menos se atiende a las circunstancias concretas de cada alumno y donde más se le deja caer porque “no quiere estudiar”.

He oído a muchos decir que “nuestra educación” (es decir, la anterior a la LOGSE, una educación prácticamente franquista) era mejor. Esto es, no una falsedad, sino una mentira con todas las letras, cuya única disculpa es la propia ignorancia cívica de quien la dice. La mejor prueba es que, los frutos de esa educación, son los adultos de hoy, los que dirigen ahora la situación.

Siempre les cuento a mis alumnos el letrero en español que encontré en una tienda de discos en Munich, solo en el estante de música “latina” (incluida la española): “Por favor, cuando termines de mirar los discos déjalos como estaban. Si no, nos veremos obligados… a colocarlos nosotros”

La asignatura de educación cívica es un buen ejemplo de todo esto. Si no recuerdo mal, todos los estados europeos contaban con una asignatura de Educación Cívica (destinada a transmitir los valores cívicos mínimos) antes de se introdujese en España, para ser boicoteada por algunas consejerías de educación.
Los adversarios de esta asignatura dicen que la escuela tiene que limitarse a dar instrucción técnica (en Matemática, Lengua, Inglés…), y solo los padres tienen el derecho y deber de dar educación “moral”. ¡Como si los “padres” tuviesen una buena formación cívica, hasta no necesitar más! ¡Como si los hijos no tuviesen derecho a ser educados sin que esto dependa de lo que, eventualmente, consideren sus padres! Todo esto no debería ni discutirse siquiera, y en cualquier otro lugar de Europa no se discute. Se discute aquí, en la España de charanga y pandereta.

¿A qué se debe que España sea así? ¿Tiene solución?
Max Weber atribuyó estas diferencias entre el norte y el sur de Europa a la religión, protestante allí y aquí católica. Paradójicamente, la religión que dice que los actos no salvan es la que habría favorecido más el trabajo responsable y la actitud cívica, mientras que el catolicismo, según el cual no basta la fe sin los actos, habría favorecido, también paradójicamente, la hipocresía de a Dios rogando y con el mazo dando.
No me entusiasma esta explicación. En el mejor de los casos habría que ver cuál fue la causa y cuál el efecto… Lo que sí parece claro es que, cuando en Europa empezó a desarrollarse el ciudadano, España decidió quedarse anclada en el “que piensen ellos” y el Santo Oficio. No obstante, esto es cosa del pasado.

Sobre si tiene solución esto o no, prefiero ser optimista. También podríamos preguntarnos si toda Europa no está, de una vez por todas, en su crisis final. Casi con toda seguridad, no es así de momento, aunque sí está, lentamente, en vías de ocupar otro lugar en el mundo: se convertirá, seguramente, en la reserva cultural de la humanidad, algo parecido a lo que eran ciertas antiguas polis griegas bajo el imperio de Roma. Quizás dentro de unos años sea habitual que los dominadores chinos contraten maestros europeos para educar a sus hijos. Europa, afortunadamente, no será tan “rica” económicamente.

¿Y respecto de este nuestro país, “reserva espiritual de occidente”? ¿Será parte de esa Europa, o Europa volverá a acabar en los Pirineos? Hoy solo podemos confiar en los jóvenes españoles. Esos jóvenes que, gracias a los medios de comunicación, están mucho más cerca de la ciudadanía que todos sus adultos casi inevitablemente condenados a quedarse en el pasado. Pero no siento mucha simpatía ni por esos jóvenes que se han tragado el discurso de sus padres ni tampoco por esos que creen que toda la culpa la tienen “Ellos”, sino por esos otros, muchos,  jóvenes autocríticos, que saben que el especulador irresponsable e ignorante habita dentro de nosotros, de nuestra genética cultural; pero también que la “genética cultural” es más fácil de modificar que la natural. Quizás ellos educarán de una manera más inteligente y libre a sus hijos, y ser español no sea algo tan triste en el futuro.

3 comentarios:

  1. Bien, el argumento del post es claro, preciso y, por desgracia, y en mi opinión, completamente cierto: estamos en una España fatalmente desdichada. Nada que objetar. La realidad se impone. Tenemos un problema serio y tremendo de eduación y formación. Quizás, complementar y comentar un aspecto más relevante de lo que suele escuhar. Haces mención, como es habitual, a las economías nórdicas. Y te preguntas un par de veces por las causas de la diferencias entre Norte y Sur de Europa. La pregunta evidentemente es importante. Ninguna tontería. Mi tesis, y de algunos economistas con conocimientos infinitamente superiores al mio, es que esa diferencia tiene que ver, mucho que ver, y en último siglo, con la cercanía o lejanía del país en cuestión con respecto a la URSS. El imperio comunista del siglo pasado. Con su potente y terrorífico ejercito rojo, entre otros sustos. Hay dos cadenas de datos económicos (que no voy a explicar demasiado)que a mi entender demuestran el efecto 'persuasivo' de la ameneza comunista en Europa, y como ese efecto se va diluyendo a medida que te alejas de la frontera rusa. Uno de los datos es del tamaño del estado social/bienestar. Simplemente, dicho tamaño de estado crece a medida que te acercas a la Urss. Finlandia y compañia estan sobre un 55% de ingresos fiscales/pib y los PIGS (si, eses a los que precisamente les ha afectado más la crisis) su estado ronda el 30%. Y no preguntes cuanto estado social tenía Franco, o cualquiera de sus colegas sureños dictadores. El otro es el de la desigualdad de ingresos. Esta desigualdad tenía una tendencia creciente hasta los años 20, esa desigualdad disminuyo (notablemente) desde los 20 hasta los 80, y ¡vuelve a tener tendencia creciente desde los 80 hasta nuestros días¡. La ofensiva liberal se acelera, se recrudece, con la caída del comunismo. En fin, la conclusión puede ser simplista, pero yo creo que no por ello menos contundente. Si tienes una dictadura del proletariado amenazandote todos los días de invadirte al otro lado de la frontera, tus elites políticas y económicas se lo piensan 2 veces, y hacen todo el esfuerzo posible por implementar políticas económicas a favor de las clases medias y populares. ¡Tenían un magnifico incentivo para hacerlo¡.
    Una nota final sobre los paises nórdicos. Países que yo aprecio especialmente. Tal como indicas acertamente al decir que son los más productivos, estos paises (y algunos de centro-europa) han demostardo de manera cientifica e irrefutable que el estado social, el estado del bienestar, no perjudica la eficiencia de una sociedad. Todo lo contrario. La dispara hacia arriba. Dicho de manera resumida: si tu estado provee de ciertos serivicos comunes a toda la sociedad (a toda), especialmente la educación, lo que esta haciendo realmente es igualar la capacidad de sus ciudadanos. Su capacidad de accíón. Su libertad real,no la figurada. Además de elevar el nivel medio de tu sociedad. Al igualar sus capacidades, estos ciudadanos compiten (y cooperan)entre si mucho más y mejor. El resultado es una sociedad muy competitiva. Mucho más competiva que otras en las que su estado social , su estado común, es inferior y su población esta polarizada en cuanto a capacidades. Simple. Simple de ver, pero no para los que estamos en el sur de Europa.
    Un pais desdichado, cierto. Habrá que pelear por devolverle la sonrisa.
    Saludos,

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    1. Antonio,
      no puedo estar más de acuerdo con lo que dices, y me impresiona mucho la hipótesis de la cercanía a la URSS, que ahora recuerdo haber oído alguna vez y no haberle prestado la atención que merece. Me parece muy persuasiva. Supongo que será uno más entre los factores que pueden hacer a los sureños, tan desdichados (aunque en otros aspectos tenemos mucho que aportar -pero en este post me he puesto negativo-).
      Te menciono otra hipótesis ,de uno de mis alumnos. Cuando les mencioné que los colegios de Finlandia o Noruega no suelen tener verjas, y sin embargo los alumnos no se escapan, un muchacho contestó: ¡claro, porque fuera hay lobos! :)

      Saludos cordiales

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  2. Bien por el muchacho. Lucidez juvenil. Las hipótesis del clima, y la de la homogeneidad cultural, es probable que tengan su influencia. Ambas refuerzan la solución para los países del sur: mucha más educación común. Es decir, pública. Y no privada, individual. El Estado social avanzado, desde luego.
    Saludos,

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